jeudi 21 juillet 2016

Francia. Hacer frente juntos


Por Patrick Le Hyaric
Director del diario l'Humanité y Diputado del parlamento europeo
"Faire front ensemble"

Despues del atroz atentado que golpeó a Niza, a sus habitantes y visitantes que se encontraban concentrados en el Paseo de los Ingleses para las fiestas populares del 14 de julio, las lágrimas de todo el país se han derramado esos últimos dias hasta formar un rio de tristeza, de compasión, de solidaridad, y de cólera tambien.

Las decenas de vidas segadas por el fanatismo, las vidas de esos niños que poco habian disfrutado las alegrias de la existencia, se suman a esas centenares de otras vidas, aquí y más allá, sumergidas en la barbarie y el terror de los últimos meses. Ni el Estado de emergencia, ni el control de las masas, ni la multiplicación de las leyes represivas y de los centros de internamiento han podido impedir esta matanza contra la cual el proyecto de privación de nacionalidad aparece aún más derisorio.

El perfil que se va dibujando hace pensar que el asesino nunca habia conocido la muerte en los teatros de guerras del Medio-Oriente, tampoco habria seguido las etapas tradicionales del adoctrinamiento fanático. Con esas informaciones, ese crimen se hace más insoportable y menos entendible por la razón, es por lo tanto más peligroso para la estabilidad y la coherencia de nuestra sociedad. Funcionando como una franquicia de la muerte, DAESH utiliza una propaganda cuyo objetivo es, con la religion como pretexto detestable, de activar las pulsiones asesinas de enfermos mentales o de bandidos odiosos preparados a perpetrar unos masacres multitudinarios, a ajustar sus cuentas personales contra una humanidad que odian, trabajando a la promoción de la bandera de la muerte yadista, de sus métodos y de sus modus operandi, aunque no tengan a veces enlaces directos con la organización terrorista. Obviamente, ¡no existe un modelo único de terrorismo! Ese cambio de paradigma es aún más inquietante ya que abre la via a lo impredecible. Es que los resortes del crimen se vuelven más difíciles de entender y por tanto, de prever y de combatir. Existe tambien una confusión entre el fanatismo y la fe, cuando parece ser que el asesino no ha participado esos últimos años a ningun ritual clásico de su religión. De repente, se ha vuelto indispensable de (re)pensar, a partir de varios campos, los análisis y las soluciones posibles.

Si no hay que ceder en esa ambición de hacer caer el Estado islamico y el conjunto de las organizaciones terroristas fundamentalistas que se propagan en el Medio-Oriente, seria ilusorio pensar que un golpe de gracia sera suficiente para protegernos del riesgo de nuevos atentados. Hay que consagrarse a diseñar y a poner en práctica una nueva coherencia política que debe frustrar las trampas puestas por el fundamentalismo sectario cuyo objetivo es de dividir nuestra sociedad. 

Desde este punto de vista, todas las declaraciones politiqueras enmarcadas en la preparación de la elección presidencial asquean más aún de la acción política. El espectáculo de sombras de las ambiciones personales añadiendo siempre más escalada derechista, esas amalgamas entre Islam y terrorismo, esos llamados a dirigirse hacia una especie de "puerto de paz totalitario" solo pueden alegrar los enemigos de la libertad. Algunos hablan del modelo de seguridad Israelí como baluarte contra los atentados, prometiéndonos una sociedad en Estado de guerra permanente, destinada a caer en los brazos de una derecha gobernando con su extrema, como en Israel ¡Es una seria amenaza! Todos manejan la palabra "Guerra" sin poder definir su naturaleza. Ninguno asume el valor del "realismo de la paz" llevado por Jean Jaurès.

Nuestra sociedad debe tratar de crear un nuevo internacionalismo por la justicia y la libertad. Debe encontrar nuevos medios para la Seguridad y la Inteligencia, preservando cada una de nuestras libertades. La promoción activa de una república refundada que no excluye a ninguno de sus miembros, que rechaza el racismo y los separatismos debe ser una constante de la acción pública, tambien la busqueda decidida de la paz y de la cooperación internacional, dejando la indulgencia excesiva con los financiadores del fundamentalismo y del terrorismo. Es indispensable trabajar sobre el ecosistema que es el terreno en el cual se cultiva la radicalización identidaria, religiosa o política. Unos medios considerables deberian ser consagrados para los servicios publicos, especialmente para la niñez, para la educación y para la salud.

Propagar el miedo, desestabilizar la sociedad, debilitar las conquistas democráticas, esperando que la locura, la venganza y el odio saldran victoriosos contra la razón, la justicia y la calma es el objetivo profundo de los terroristas. Por eso el conjunto de la sociedad, en su diversidad tiene naturalmente que dedicarse a derrotar ese proyecto funesto. Las ciudadanas y los ciudadanos se van a encontrar este verano en los festivales, los lugares de vida, las ocasiones de distraerse, de cultivarse, pero tambien de intercambiar, de desarollar esa cultura del debate que tanto hace falta. La "Noche en Pie" era uno de esos lugares, lo será tambien la fiesta de l'Humanité dentro de unas semanas. La prensa y los medios tienen una gran responsabilidad para favorecer esa palabra auténtica, lejos de los chismes politiqueros y de los escenarios fabricados de antemano que alimentan los fundamentalismos integristas y la extrema derecha, que son en última instancia las dos caras de la misma moneda. Retomar la palabra, intercambiar más allá de las fronteras, apoyar los movimientos democráticos y la paz, tomar nuestros destinos en nuestras manos, aparecen como posibilidades de hacer vivir la esperanza de una humanidad reunida y fraterna.

Traduction C.Marchais


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